"El Señor es como el loto, no lo afecta el ambiente en el cual se encuentra; ésa es la razón por la cual sus ojos, su faz, sus pies, todos se comparan con el loto. No desechen la forma y el nombre de Dios que han seleccionado cuando alguien empieza a menear la cabeza. Quédense firmes y se salvarán. No comparen ni murmuren sobre la forma de la Divinidad que otros han escogido para adorar. Es una maldad minar la fe de otro y alterar la propia. La fe es una planta de lento crecimiento; sus raíces van creciendo en lo profundo del corazón. El silencio es la mejor disciplina espiritual para sustentar la fe; de ahí que guardar silencio sea el primer paso que deben dar en su práctica espiritual."
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