CENTRO DE TRABAJO

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viernes, 9 de diciembre de 2016



Todo sucedió un buen día de caluroso verano en que Manuel se encaminaba al pueblo de Mobeltrán en la provincia de Ávila a buscar un cachorro de perro que le habían regalado. El calor apretaba fuerte y Manuel se siente cansado y somnoliento por lo que decide parar su coche un rato bajo la primera sombra que encuentre. Poco a poco el sueño cierra sus párpados una fracción de segundo y sin darse cuenta, a más de 100 Km. por hora, el coche se sale de la carretera y va a estrellarse contra una roca convirtiéndose en un amasijo de hierros retorcidos.  Sin tiempo para nada que no sea ver la muerte venir y encomendarse a lo que Dios quiera, Manuel pierde el conocimiento.
Es entonces cuando el espíritu de Manuel es trasladado a otra dimensión donde unos seres de Luz le dicen que es el último aviso que le dan para que en lo sucesivo se dedique a curar a sus semejantes, esta dimensión  era un lugar maravilloso, donde reinaba una paz absoluta, había unos paisajes maravillosos, con una Luz muy distinta a la que tenemos en la tierra, donde unos seres de LUZ que transmitían una PAZ muy intensa  y que se  movían  en esta esfera o Pariaso con una armonía difícil de describir, en esa paz reinante en este lugar Manuel  se hubiera quedado para siempre, pero de alguna manera cariñosa le  invitaron a que  volviera a la tierra para hacer su labor de C U R A R 
El mensaje quedó grabado en la mente de Manuel mientras su cuerpo permanecía inconsciente con una vértebra dañada como consecuencia del accidente. El Dr. Esteben, uno de los mejores traumatólogos del sanatorio Ruber de Madrid, después de analizar las radiografías y las resonancias diagnosticó que una de las vértebras la 12 dorsal, estaba en muy malas condiciones y que era preferible intervenir quirúrgicamente de forma inmediata. Manuel pensó que si Dios le estaba llamando para curar a los demás primero debía curarle a él, lo que sucedió en muy poco tiempo sin intervención quirúrgica.
De aquello han pasado muchos años, Manuel hace una vida normal con intensas jornadas diarias de trabajo y nunca ha vuelto ni siquiera a sentir una pequeña molestia como consecuencia de la vértebra que nunca se llegó a operarse. El problema que se le presentaba a Manuel a partir de aquel suceso era cómo decir a los demás y a su familia en particular, que se convertía en un sanador de Dios al servicio de los demás. Como nada sucede por casualidad, a los pocos días entró en la oficina de Manuel un enfermo con dos muletas, muy abatido y  aquejado de unos dolores insoportables. De alguna manera Manuel recibió el mensaje de que ante él tenía a su primer enfermo. Después de recibir la energía que Manuel le aplicó con sus manos, el enfermo salió del despacho sin muletas y sin que nunca tuvieran que hacerle la intervención quirúrgica que tenía programada para ponerle unas prótesis en las rodillas.
Desde aquel día, Manuel abandonó todos sus negocios y desde entonces se viene dedicando en cuerpo y alma a sanar a todo aquel que sufre y que busca la Sanacion  Espiritual a través suya, habiendo pasado por sus manos miles de seres enfermos de todo tipo de enfermedad y en especial de vértebras y hernias discales y que ahora están sanos, disfrutando de buena salud  y agradecidos de haber conocido al Hermano Manuel.       El Hermano Manuel a partir de la fecha en que comenzó su labor, se ha preocupado de tener una preparación  adecuada habiendo hecho MUCHOS cursos

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