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MANUEL MIMBRERO MOTA

El Asunto del dinero y de la forma de adquirirlo, es algo que nunca se ha resuelto fácilmente; ni en la época de los primeros cristianos .Como es natural, compaginar una labor apostólica intensa de sanación, con unos trabajos que proporcionen unos beneficios económicos suficientes para subsistir decorosamente es difícil, por no decir imposible. San Pablo, se jactaba de que él conseguía el sustento con el trabajo de sus manos: haciendo tiendas de campaña. En los Hechos de los Apóstoles vemos como gente pudientes, sobre todo señoras, se ocupaban de menesteres materiales y proporcionaban  una colaboración eficaz. Pero a ahora todos son criticas nadie que no esté         entendido en prestar servicios sabe qué cantidad económica necesita el mantener una consulta abierta, alquileres, alumbrado, refrigeración, gas, teléfono ,impuestos, licencias, seguridad social, hacienda, seguros de responsabilidad civil  y un largo etc. Etc. Que podría enumerar.

Hoy en día si el Maestro Jesús de Nazaret, tuviera que hacer su labor de predicación y enseñanza tendría que alquilar naves, pagar impuestos, pedir permisos y Autorizaciones y tendría unos gastos exageradamente fuertes para conseguir hacer su labor dentro de la ley que hoy en día ponen los hombres de la Tierra.

Muchas personas que van a visitar a un Sanador o  aún  Naturópata les resulta incomprensible que este les cobre una pequeña cantidad  de dinero por la visita ( a veces más de media hora) y que además le aconseje tomar productos naturales para su curación que a veces no son baratos, ya que estamos acostumbrados a que en la seguridad social son  casi son gratis, y no sabe que esos productos naturales sin contraindicaciones ni efectos secundarios  y con la energía que el Sanador le da a su cuerpo va a quedar sano, ya sea la enfermedad que sea, si Dios lo envió a su consulta es para curarlo, esto esta así de claro quién lo vea de otra manera está equivocado.