RICOS - POBRES
Querido
corazón amigo. Sabes que en la peregrinación en la Tierra, conduces en ti una
multiplicidad de riquezas con las cuales el Creador te honra la Vida
Planetaria.
Tienes
la preciosidad de la voz y de la visión. ¿Pero cuál es la importancia de
semejante bendición, si no te tornas capaz de hablar nada que construya
consolación, instrucción y alegría a tu alrededor? ¿Qué grandeza tendrá tu
visión, si no consigues ver con claridad a tus amigos, a tu familia, tus
servicios, todo lo que te cabe realizar durante la jornada
reencarnatoria?
Gozas
de buenas piernas y de pies potentes que te conducen para todos los lados. Con
todo, ¿de qué te valen pies y piernas formidables, si no te desplazas al
encuentro de quien puedas ayudar o llevar felicidad?
Disfrutas
de excelente audición, que te bendice con los sonidos de la Vida. Pero, ¿de qué
valdrá tener buenos oídos y oír por oír, si no consigues escuchar las voces de
los débiles ni los gemidos de los que padecen a tu alrededor, ni las voces de
tantos que te quieren instruir para el bien?
Tienes
el cuerpo sano y soberbio, que te ofrece posibilidad de
llevar adelante la bendición de
tu Reencarnación. ¿De qué te sirve
el cuerpo hermoso, si te tiras a los pantanos de los vicios, entristeciéndote
profundamente, sin que lo aprecies, sin que lo respetes, sin colocarlo al
servicio de tu evolución?
Conduces
cerebro exuberante, apto al interpretar el movimiento del Universo, desde la
flor que aparece en el charco, hasta el brillo de las estrellas, dándote
oportunidad de decidir por ti mismo tus humanos caminos. ¿De qué te vale la
bendición del cerebro y de la mente en esplendida actividad, si no logras
discernir con provecho, manteniéndote en alma trastornada, irreflexiva, a
comprometerse cada vez más con rutas equivocadas y actos mal guiados?
Eres,
amigo, inmensamente rico delante del Amor de Dios, en virtud de todo lo que te
compone los implementos físicos y mentales, a fin de hacer la Vida crecer en
tus manos.
Aunque
inmensamente rico, cuantas veces te presentas grandemente empobrecido, en
verdadera mendicidad moral, cada vez que haces buen provecho de todo lo que el
Creador te entrego para tu evolución, toda vez que no te vales de todo lo que
tienes para transformar el Mundo a tu alrededor, dejando marcas de Amor por
donde pases. De ese modo, querido corazón, aprende a utilizar los elementos de
que fuiste dotado, haciendo que tu cuerpo, con todos los recursos que dispone,
bajo el comando del alma inteligente que es, sea puesto al servicio de tu
propio avance, del progreso de tu semejante, en fin, al servicio de Dios.
Iván de Albuquerque. Espíritu
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DOS CURACIOONES IMPORTATES UNA HERNIA
DISCAL A PERSONA MAYOR Y UN ESTADO DE ANSIEDAD
MUY FUERTE A UNA PACIENTE
MUY ESPECIAL
Querido hermano Manuel:
Quiero agradecer a Dios el regalo que nos hizo al conocerle a usted.
Contaré nuestra experiencia para hacerles partícipes de nuestra alegría a
todas las personas que quieran conocerla.
Mi madre con 82 años, llevaba mucho tiempo, y con esto quiero decir
unos cuatro años aproximadamente, con fuertes dolores en la espalda, que además
le bajaban toda la pierna pinzándole el nervio ciático hasta abajo y la
dificultaba el movimiento, no podía casi descansar porque le dolía tanto que casi
no conciliaba el sueño.
Ya habíamos asistido al médico de cabecera, al de urgencia……. ETC. ETC.
Le hicieron radiografías, le mandaron calmantes y algunos
antiinflamatorios. Teniendo en cuenta que toma sintrón tampoco podían recetarle
mucho, pues alteran sus efectos.
Ellos hicieron todo lo que pudieron, y también les estamos muy agradecidas.
Un poco desesperada al verla tan mal, comencé a buscar otras alternativas y
gracias a Dios que le encontré a usted H. Manuel.
Usted le dijo que tenía hernia discal y que se la iba a colocar Y CURAR. Y así fue,
con solo tres visitas quedo perfecta y no ha VUELTO
A TENER NINGUN DOLOR y ya hace más de cinco años.
¡¡Nos parecía increíble!! Pero han pasado más de cinco años
y sigue perfecta.
Y para mayor agradecimiento, les diré que a mí también me ha ayudado
muchísimo a recuperar mi salud, me encontraba con mucha ansiedad y muchos
nervios.
Yo me encontraba muy mal, que no dormía bien, no tenía apetito,
no me concentraba en mi trabajo, no disfrutaba de mis aficiones……, mi estado
anímico no estaba equilibrado.
Y usted me hizo recuperar todo lo perdido, y me encuentro perfecta de todo.
Gracias a sus sabios consejos y a las curas que me hizo.
Otra vez ¡¡GRACIAS!!
Mi marido y yo, junto con mi familia, le agradecemos su generosidad, su
buen corazón, su esfuerzo, su entrega, su calidad humana y todo el amor con el
que nos trata.
Gracias a su familia también.
Le quiero hermano Manuel.
Mª Jesús Cuadrado Recio.
Teléfono: 620 68 00 09