TESTIMONIO DE MI CURACION
Me llamo Emi Álvarez. Vivo en
Pedrezuela (Madrid) y mi teléfono es 630401931 por si necesitarais llamar para
preguntar de primera mano mi experiencia.
Todo empezó hace casi un año
empeorando tanto durante el último trimestre que he estado más de cuatro meses
de baja por el dolor que tenía en la espalda y en las piernas que apenas me
permitía andar. Cada día estaba peor aún con la cantidad de pastillas,
pinchazos, masajes y demás. El diagnóstico: dos hernias discales graves con
presión en el nervio ciático. Tristeza y desamparo porque no tenía solución y
el dolor cada día era más y más intenso. No podía encajar que la única solución
posible era acostumbrarme a esta situación. Y de repente llegó la luz de las
manos del Hermano Manuel y de su hijo.
Desde la primera visita me
sentí arropada. Ya dentro sentí calma y mucho amor. Mi respuesta fue de
agradecimiento infinito porque ya al llegar a casa mi pierna derecha me
mantenía. He sido “obediente” a todas las indicaciones y palabras que me
ofrecía el Hermano Manuel, todo un sabio en la escucha del alma y del cuerpo.
Se centró en mi vesícula.
Podréis preguntaros como yo hice, ¿qué tiene que ver la vesícula con las
hernias discales? Durante toda mi vida me he sentido regular respecto a
determinadas comidas y he buscado respuesta pero nadie me las daba. Una cosa me
llevaba a la otra pero nunca para sentirme mejor. La ingesta de tanta
medicación me estaba dejando sin ánimo y sin fuerza. El Hermano Manuel me
ofrecía toda su sabiduría para curarme y sentirme mejor y yo lo cogí…y no tengo
suficientes palabras para agradecer mi cambio de vida y el encuentro celebrado
de la SALUD.
Me tomé todo lo indicado y comí
todo lo que me dijo y en apenas diez días mi mejoría fue tan notable que me
daba miedo que pudiera ser un espejismo. Pero era tan real que en la segunda
visita al Herbolario del Hermano Manuel llegué con más energía y con una mayor
motivación para seguir haciendo y tomando lo que él me dijera. Pero también
recibí la sanación a través de sus manos y la sensación fue irrepetible y llena
de luz. GRACIAS.
Desde ese momento soy una fan
del Hermano Manuel. Hablo de ello con toda la normalidad del mundo desde la
emoción y el agradecimiento. Desde la generosidad comparto el contacto y mi
testimonio con todas las personas que tienen la curiosidad de escuchar y el
talento de hacerlo. Ya han ido muchos de mis amigos y de mis amigas y todos
sienten lo mismo: han ido recuperando su salud hasta la desaparición de muchas
dolencias. Estamos aprendiendo a escuchar a nuestro cuerpo y a nuestra alma.
De nuevo gracias Hermano
Manuel, por su dedicación, cariño y buen hacer. Escribo este relato por si
alguna persona necesita de su ayuda y pueda saber de usted y ser ayudado.
Con toda mi admiración por su
energía y ganas de vivir.
Emi