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martes, 26 de octubre de 2021

 

TESTIMONIO DE MI CURACION

Me llamo Emi Álvarez. Vivo en Pedrezuela (Madrid) y mi teléfono es 630401931 por si necesitarais llamar para preguntar de primera mano mi experiencia.

Todo empezó hace casi un año empeorando tanto durante el último trimestre que he estado más de cuatro meses de baja por el dolor que tenía en la espalda y en las piernas que apenas me permitía andar. Cada día estaba peor aún con la cantidad de pastillas, pinchazos, masajes y demás. El diagnóstico: dos hernias discales graves con presión en el nervio ciático. Tristeza y desamparo porque no tenía solución y el dolor cada día era más y más intenso. No podía encajar que la única solución posible era acostumbrarme a esta situación. Y de repente llegó la luz de las manos del Hermano Manuel y de su hijo.

Desde la primera visita me sentí arropada. Ya dentro sentí calma y mucho amor. Mi respuesta fue de agradecimiento infinito porque ya al llegar a casa mi pierna derecha me mantenía. He sido “obediente” a todas las indicaciones y palabras que me ofrecía el Hermano Manuel, todo un sabio en la escucha del alma y del cuerpo.

Se centró en mi vesícula. Podréis preguntaros como yo hice, ¿qué tiene que ver la vesícula con las hernias discales? Durante toda mi vida me he sentido regular respecto a determinadas comidas y he buscado respuesta pero nadie me las daba. Una cosa me llevaba a la otra pero nunca para sentirme mejor. La ingesta de tanta medicación me estaba dejando sin ánimo y sin fuerza. El Hermano Manuel me ofrecía toda su sabiduría para curarme y sentirme mejor y yo lo cogí…y no tengo suficientes palabras para agradecer mi cambio de vida y el encuentro celebrado de la SALUD.

Me tomé todo lo indicado y comí todo lo que me dijo y en apenas diez días mi mejoría fue tan notable que me daba miedo que pudiera ser un espejismo. Pero era tan real que en la segunda visita al Herbolario del Hermano Manuel llegué con más energía y con una mayor motivación para seguir haciendo y tomando lo que él me dijera. Pero también recibí la sanación a través de sus manos y la sensación fue irrepetible y llena de luz. GRACIAS.

Desde ese momento soy una fan del Hermano Manuel. Hablo de ello con toda la normalidad del mundo desde la emoción y el agradecimiento. Desde la generosidad comparto el contacto y mi testimonio con todas las personas que tienen la curiosidad de escuchar y el talento de hacerlo. Ya han ido muchos de mis amigos y de mis amigas y todos sienten lo mismo: han ido recuperando su salud hasta la desaparición de muchas dolencias. Estamos aprendiendo a escuchar a nuestro cuerpo y a nuestra alma.

De nuevo gracias Hermano Manuel, por su dedicación, cariño y buen hacer. Escribo este relato por si alguna persona necesita de su ayuda y pueda saber de usted y ser ayudado.

Con toda mi admiración por su energía y ganas de vivir.

Emi

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