Las miles de ALIVIOS (o curaciones) PARA ENCONTRAROS BIEN DE SALUD no atribuírmelas a mí, (YO NO CURO A NADIE) yo no soy el que ha hecho esos aparentes milagros (O SANACIÓN) para que estéis bien atribuírselas a vuestro padre y al mío solo a D I O S. Yo soy solo el recadero que trae (UN ESPECIAL REGALO.) Un cordial saludo. Manuel.
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Los Sanadores como Manuel Mimbrero se manifiestan en todas partes, y columnas de luz iluminan sus senderos…
A menudo, sienten el dolor del mundo, en sí mismos. En esos momentos, hacen oración y aprovechan las elevadas fuerzas.
Y aletean sus manos llenas de luz, bajo el comando del corazón. No hay orgullo en ellos, solo satisfacción callada.
No hay lucha o competencia en su camino, sólo cura. Ellos caminan, como el Altísimo les instruyó.
Y saben que sólo el Gran Sanador conoce lo que hay en sus mentes y almas.
Son conscientes de que, mediante el perfeccionamiento de los demás, y su buen hacer se disuelve todo en la luz.
Mejorando a los hombres, ellos también se mejoran, y todo el mundo crece.
Siempre agradecen a los ángeles de la sanación, por la inspiración de su trabajo.
Y dicen, felices: “Señor, nada es mío, todo es tuyo. Incluso yo!
Ellos son sanadores y agentes de la sanación espiritual.
Están encarnados, pero son estrellas. Sanadores invisibles de los hombres, del Espíritu y de ellos también. Manuel
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