La industria de la cafeína sabe que la cafeína agota su sentido natural de la vitalidad, dejándolo dependiente de sus productos para sobrellevar el día. Saben
que en realidad usted anhela sus productos y sufre cuando no los consume.
El café no es un alimento, no es una bebida — es un veneno. Es una droga que
contiene gran cantidad de sustancias toxicas y mas de 200 ácidos. La cafeína no provee energía. La energía que se percibe proviene de la lucha y el esfuerzo del cuerpo por neutralizar el veneno. En otras palabras, la estimulación que reciben las personas por beber café es un gasto de fuerza vital que debilita el cuerpo. Las posibles consecuencias: presión arterial alta, altos niveles de colesterol, problemas digestivos (malestar estomacal, ulceras, reducción en la absorción de nutrientes), insomnio, inquietud, ansiedad, depresión, fatiga crónica y dolores de cabeza.
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