La mejor medicina o panacea para todas las enfermedades y para conservar buena salud, es el mantenimiento de pensamientos divinos. Las ondas emitidas por los pensamientos divinos, durante la relajación y meditación regular, electrifican, rejuvenecen, vivifican y llenan de energía las células, tejidos y nervios.
Otra droga potente y económica es estar siempre feliz y contento. Estudia cada día uno o dos capítulos de algún libro espiritual con profundidad y sentimiento. Mantente siempre ocupado; es el mejor remedio para mantener alejados los malos pensamientos.
Llena tu mente con pensamientos positivos y disfrutaras de salud y paz. Busca la compañía del Sabio, cultiva la fe, la serenidad, la verdad, la confianza, los pensamientos divinos y las actividades divinas.
Deja que tu mente se mueva en una dirección espiritual, por canales divinos, se llenará de paz y generará vibraciones armónicas. Disfrutaras de una excelente salud mental y estarás libre de enfermedades físicas.
CON DIOS
La vida en Dios es vida de aventura;
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heroico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.
La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.
La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.
La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.
La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalon de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
La vida en Dios es vida de aventura;
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heroico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.
La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.
La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.
La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.
La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalon de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
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