La ciencia está demostrando que la gente puede ser biológicamente adicta al azúcar en la misma forma que puede ser adicta a heroína, cocaína, tabaco o nicotina. El azúcar estimula los centros de recompensa del cerebro a través del neurotransmisor dopamina exactamente como lo hacen estas otras drogas adictivas. Las comidas procesadas actúan en una forma bastante similar, brindando momentos de placer fugaz junto con una creciente sensación de vacío que no puede ser llenada por cosas externas.
Como resultado de consumir comidas refinadas cargadas con azúcar y aditivos químicos, se construye una tolerancia que eventualmente lleva a un sobre consumo como ya pasa también con el tabaco., (produciéndose enfermedades crónicas de la respiración ) ya que se necesita más y más para alcanzar las mismas sensaciones de placer. Esto puede llevar a problemas severos como obesidad, inseguridad social, depresión, diabetes, síndrome de abstinencia y mucho más. Con más de 1.9 billones de adultos experimentando obesidad actualmente, este es un tema bastante serio. Estos adictos deben tener mucha fuerza de voluntad para dejar, tabaco, dulces y otras drogas peligrosísimas para la salud.
La base de la mayoría de las adicciones a la comida y tabaco son traumas sin resolver, estrés, culpa y auto rechazo. Estos disparadores emocionales trabajan en conjunto con consecuencias en el cuerpo físico para bloquear la resonancia de la nueva vibración que acompaña a las fases avanzadas de la morfogénesis. Cuanto antes fortalezcamos nuestra voluntad venceremos estos vicios perniciosas y tan peligrosos para la salud, tanto mental como física. Manuel
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