COMO CONTEMPLAR LA MUERTE
En
mi condición de Sanador, contemplo la muerte como un
proceso
normal, una realidad que acepto ha de ocurrir en tanto
permanezca
en esta existencia terrenal. Sabiendo que no puedo
eludirla,
no veo que tenga sentido preocuparme por ella. Tiendo a
figurarme la muerte como un cambio de ropa cuando la que llevo
está vieja y gastada, no como un final definitivo. Pero la muerte
es imprevisible: ignoramos cuándo o cómo ocurrirá. Así pues,
resulta sensato tomar ciertas precauciones antes de que se produzca
realmente.
Es
evidente que a la mayoría de nosotros nos gustaría tener una
muerte apacible, pero también está claro que no podemos esperar
una buena muerte si nuestra vida ha estado llena de
violencia,
si nuestra mente ha estado agitada principalmente por emociones
como la ira, el apego o el miedo. Por lo tanto, si
deseamos
morir bien, hemos de aprender a vivir bien; manteniendo la
esperanza de una muerte apacible, debemos cultivar la paz en
nuestra mente y en nuestra manera de vivir es un consejo de vuestro hermano en
Cristo. Manuel .
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