Hermano
Manuel:
En el
día de ayer me diste el alta de la dolencia que tenía de dos hernias discales,
L4-L5 y L5-S1. Por las referencias que tengo y que he leído tengo claro que mi
dolencia no se puede comparar en gravedad con la de algunas personas que han
acudido a tu consulta, pero en mi vida personal yo siento lo vivido en los
últimos meses como un pequeño infierno del que tú me has sacado.
Este
pequeño infierno personal mío comenzó en noviembre de 2011, fecha en que empecé
a sentir molestias y dolor fuerte en la espalda. “Se pasará con el tiempo, como
otras veces”, pensé. Pero el dolor en la espalda y la ligera cojera que
adoptaba al andar para evitarlo cedía muy lentamente. Permanecí así dos meses,
sintiendo una leve y progresiva mejoría, hasta que más tarde tuve la crisis
definitiva que me llevó a urgencias, me detectaron las dos hernias lumbares,
perdí movilidad y fuerza en la pierna derecha que me obligó a andar apoyado de
un bastón, y la única opción que me daba el neurocirujano era pasar por el
quirófano… dejándome además bien claro que aun operándome era posible que no
recobrara nunca más la movilidad en la pierna.
Fue
entonces cuando me hablaron de ti, recomendado por el miembro de una familia de
escultores en Madrid que habían acudido repetidas veces a tu consulta. Cinco
veces acudí a tu consulta, la última vez ya con la buena sensación de no haber
sentido dolores durante el último mes y haber podido llevar una vida
prácticamente normal, sólo con la precaución de evitar movimientos bruscos y
cargar peso.
Me has
curado, he recuperado calidad de vida, y permanezco en mi puesto de trabajo,
algo que desde el principio estaba aumentando la angustia que ya sentía por la
pérdida de movilidad en la pierna.
Mi
carácter un tanto tímido y retraído no me permitió más que dirigirte un
diplomático “muchas gracias” cuando ayer me diste el alta y abandoné tu
consulta. Un tanto avergonzado por devolverte mi gratitud de esta manera tan
escueta, me dije a mí mismo que te escribiría tratando de transmitir el
auténtico sentimiento de gratitud que siento hacia ti. Pero ahora me encuentro
con otro problema, y es que no encuentro las palabras necesarias para ello. No
puedo expresarte con palabras el profundo agradecimiento que siento en lo más
profundo de mi alma, pero al menos te hago llegar este sentimiento real, vivo y
sincero.
Muchas gracias por todo,
hermano Manuel.
Nombre:
Ignacio Carreras Bergareche
Población:
Madrid (Madrid)
Tfno: 650 566
424
Dirección
e-mail: icberg71@gmail.com
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