"Si un día te iluminas no es para ser mejor persona o para ser más feliz. No te iluminas para tener seguidores, para tener servidores y brillar en los ambientes selectos que muestran el espectáculo de la vida humana. Te iluminas para destruirte y para derrumbarte. En la iluminación se destruye lo que no es verdad. Te iluminas y comienzas a ver más allá del fingimiento que tiene la vida. Aunque la vida es fingimiento, tú ya no finges. Ahora ya no imaginas lo que es verdad, ahora 'sabes' lo que es verdad, vives la verdad, vives en la verdad, ésta te habita y tú habitas dentro de ella. Iluminación es lo mismo que decir adiós a las fachadas, adiós a las impostaciones, adiós a tu viejo ser".
(Párrafo del capítulo 96 del nuevo libro “Amor a la Vida”).
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