Mantén el equilibrio. El equilibrio depende de la serenidad de la mente. Jamás te aburras ni te exaltes. No le des importancia a las cosas pasajeras que vienen de fuera. No te impresiones ni te dejes perturbar por lo que dicen los demás, sigue la orientación de tu conciencia sin perder tu centro de equilibrio. Camina hacia adelante, alegre y seguro de que vas a triunfar, por grandes que sean las dificultades del camino.
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