Querido Manuel:
En el Evangelio está escrito que diez
ciegos fueron curados por Jesús y uno sólo volvió para dar gracias a Dios.
Tu eres un extraordinario sanador y has
curado a muchísimas personas. Este es precisamente tu gran mérito, haber
ayudado a los demás. Seguir sanando día a día, pese a tus años y a tu profundo
dolor. Ahí está tu genial legado y tu bendición.
Amigo, tu dolor es enorme, la peor de las
aflicciones para un ser humano. Creo que el único consuelo es la FE en el Señor
y el AMOR hacia los enfermos que tanto te necesitan y a tu familia de la que
eres fuerza y timón.
Simplemente decirte lo mucho que te
quiero, amigo.
Un fuerte abrazo.
Tu amigo Luis Garcia (Médico)
No hay comentarios:
Publicar un comentario