Querido amigo Manuel:
Cuando acudí a ti llevaba arrastrando años las consecuencias de un grave
accidente como bien sabes. Mi cuerpo quedó literalmente molido y año a año
han ido apareciendo las consecuencias de tan brutal impacto. A raíz de
los sufrimientos perdí el ánimo y las ganas de vivir, Mi persona psíquica y espiritual quedó
prácticamente abolida.
En mi camino visité muchos médicos, fisioterapeutas y profesionales de la
salud. Únicamente un muy reducido grupo de personas estuvo verdaderamente
junto a mí. Me realizaron mobbing en el trabajo, ostracismo en la familia y
me etiquetaron de lo que no era. Así llegué a ti carente de salud y lo
más importante, mendigo de amor y hasta de justicia.
Tu conseguiste aliviar mis dolencias físicas, pero hiciste algo mucho mejor
CURAR MI PSIQUE Y MI ESPIRITU. Tú me devolviste las ganas de vivir y la fe.
Has conseguido el renacer de mi fuerza vital y espiritual.
Tu me trataste como un ser humano cuando en mi etiqueta ponía "perro
rabioso". Recuerdo perfectamente la claridad y la paz de tu mirada
cuando vivía en la oscuridad.
¿Querido Manuel, aún te parece poco lo que me has dado?.
Te llevo presente cada día de mi vida y aunque tal vez nunca pueda pagarte
tanto bien, puedes estar seguro que a través de mi continua tu labor en
otras personas necesitadas.
Paz y amor, amigo y hermano en nuestra
misión ante el mundo.
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