Estando la médium en oración, vio a Teresa de Ávila muy hermosa, la cual le dijo:
«Según las virtudes que practicáis en vuestra vida terrestre, ocupáis un estado más feliz o más desgraciado en el espacio. El ser que en la tierra ha sido virtuoso, caritativo, sufrido, resignado y amoroso, cuando desaparece de la tierra es semejante al viajero que emprende un viaje en un día de primavera, que a medida que avanza en su camino, el sol sube majestuoso en el espacio y su viaje está lleno de luz y de hermosura; pues el espíritu que obra bien al desaparecer de la tierra, va abriendo sus facultades a la luz, y cuando despierta lo encuentra todo alumbrado, comprende en donde se halla y sabe que es feliz.
Pero el espíritu que en la tierra ha sido egoísta y avaro, que todo lo ha esperado de vuestro mundo, que no ha sido ni misericordioso, ni caritativo, ni virtuoso, este espíritu entra en el mundo espiritual cuando el Sol está en su ocaso; a medida que va despertando, las tinieblas van aumentando y cuando está completamente despierto todo lo ve tenebroso y terrible; quiere saber donde está, pero no le es posible averiguarlo; va de una parte a otra y no encuentra más que tinieblas, desierto y espanto; en el espacio todo es lúgubre y entonces empieza la desesperación.
Habitantes de la tierra: apresuraos a atraer la luz sobre vosotros con buenas obras, cambiad de vida los que practicáis el mal, o sino vuestra última hora será terrible y vuestro despertar horroroso».
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