Llego a mi consulta un chico de unos 24 años de edad, sin apenas poder andar, pide permiso para que entre su abuelo a la consulta y entra su abuelo, y como todos me cuenta su historia:
Llevo dos años con un dolor en la rodilla izquierda que no me deja vivir, he visitado a muchos profesionales médicos y medicina preventiva y nadie consigue quitarme este dolor, la medicina oficial me dice que no me encuentran nada y yo no puedo andar es tan fuerte el dolor que llevo dos años sin trabajar, tengo pagos hipoteca y dar de comer a mi hijo y mi mujer, ya no se que hacer estoy desesperado.
Estuve hablando con el media hora y capte el problema a la primera, el dolor se lo mandaba su mente, un día se cayo y se dio en la rodilla y le dolió el golpe, así que nada mas fácil para mi que desgravar de su cerebro la huella dejada por la caída: le di energía en la rodilla y al mismo tiempo le repetía que saldría de la consulta bien para trabajar al día siguiente, le hice una profunda relajación le desgrave la huella de su mente y cuando termine le dije venga abajo de la camilla ya jamás te dolerá y efectivamente bajo salto y nada le dolía, entonces le dije como no tienes prisas anda antes de irte por todo el pueblo y después vienes a verme y así lo hizo y su rodilla seguía perfecta. Tanto el como su abuelo no tenían palabras suficientes para agradecer el prodigio que para ellos fue su sanación, para mi no tuvo tanta importancia porque solamente hice hablar con autoridad, con la autoridad que me da mi jefe y arranque de raíz el mal de su mente.
Esto parece un milagro, para mi no lo es, es la ley actuando y demostrando al mundo la fuerza que tiene Dios a través nuestro cuando estamos alineados. Quien me conoce sabe que digo la verdad. Manuel
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