En la curación energética el Sanador canaliza esta energía transmitiéndola
al enfermo. Esta energía cósmica universal e invisible es una fuerza vital
latente en el interior del ser humano y cuando esta fuerza vital esta
disminuida (por infinidad de motivos) aparece la enfermedad.
El Sanador es un canalizador de esta energía que fluye a través de sus
manos, actuando en todas las dimensiones del ser humano: la parte física, la
mental, la emocional y la espiritual, y es un camino de sanación y desarrollo
interior.
El Sanador tiene que estar en sintonía con esta fuente de energía por
ese motivo yo digo siempre que es un canal, un ser con capacidad de recibir y
transferir energía con sus manos a los enfermos que lo necesiten, en particular
a nivel físico y equilibrando las fuerzas de autocuración.
Con esta energía se quitan los bloqueos energéticos, físicos, mentales y
emocionales, liberando así el eje de la circulación energética y se
despiertan y se equilibran las fuerzas
de autocuración en los cuerpos sutiles de cada persona.
Cuando fluye la energía y la recibe el enfermo, se llena de vida, y esa
fuerza energética que recibe el enfermo de las manos del sanador
le irradian de luz, fuerza, amor y sanación, dándole fuerza vital y por
tal motivo sanando su cuerpo de cualquier enfermedad.
El enfermo recibe: estimulación y se le despiertan las fuerzas internas
de autocuración. Se equilibran los centros y circuitos energéticos y las
funciones metabólicas del cuerpo. Se alivian las tensiones musculares y los
dolores. Se liberan las emociones reprimidas, armonizándose todo su cuerpo.
Aumenta el nivel energético, proporcionando vitalidad física y anímica. Se produce
un estado de profunda relajación de calma mental y serenidad de espíritu. Y se desarrolla y se expande la conciencia a
través de un estado íntimo y progresivo de autoconocimiento.
Naturópata Y Sanador hermano
Manuel.
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