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Una nueva consciencia debe regir los destinos de la Medicina del futuro. Algo
que todavía no podemos comprender, pero que sobresale como realidad tangente,
resultante de una transformación cultural que deberá ocurrir en la Era del Espíritu que se
aproxima, basada en la actuación del pensamiento como agente vivificador de
todas las células del organismo. ( Me refiero a las enfermedades del alma y su
importancia para estar sanos)
Como
Naturópata y Sanador, ya alcance una madurez en el ejercicio profesional, de
muchos años de trabajo y no propongo modelos nuevos para el diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades curables por medio de recursos reconocidamente
establecidos.
Tengo
el máximo respeto por los procedimientos médicos y por todas las acciones que
vayan a menguar el sufrimiento humano, en cualquier área de la Medicina. Deseo
preservar las prácticas utilizadas para evitar y curar las enfermedades, para
preservar y mejorar el estado de salud de las personas. Reconociendo la
importancia de la dieta alimenticia, del control de los vicios, cualesquiera
que fueran, al igual que los resultantes del uso, sin criterio, de medicamentos
psicotrópicos, a los cuales los pacientes se apegan como recursos salvadores
para sus problemas. Aconsejo la importancia de las actividades físicas, cuando
son indicadas, la necesidad del reposo y del sueño, y el valor de los exámenes
médicos periódicos, como recursos para el diagnóstico precoz de enfermedades.
Para
los pacientes, recomiendo la importancia de la educación espiritual, en la
religión a la que estén vinculados, sabiendo que el ser humano tiene el alma
como parte muy importante, y que debe recibir la atención no solo de los
religiosos, sino también de los profesionales de la salud Y Naturópatas y Sanadores cualificados.
Reconociendo
que, como almas, estamos ocupando transitoriamente un espacio en la vida entre
los seres humanos, y que más tarde o temprano deberemos regresar hacia casa, de
donde vinimos, y vinimos para realizar actividades útiles a nosotros mismos y a
nuestros semejantes. esto es una relalidad que palpo diariamente en mi labor de ayuda al necesitdo.
Personalmente,
tengo gran satisfacción de estar haciendo una labor sanadora espiritual participando,
como sanador, durante más de 35 años, en el ejercicio de la sanación,
procurando mantener siempre la seriedad y amor a los semejantes.
Comprendo que las enfermedades no tienen
tan solo una connotación clínica, sino que alcanzan un área mayor, relativa a
su extensión epidemiológica en la comunidad, como es la importancia de las
enfermedades del alma, que constituyen un problema de salud pública
prácticamente en todos los países, pues están relacionadas al pensamiento,
común a todas las personas.
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