CENTRO DE TRABAJO

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martes, 29 de octubre de 2013

TU ERES QUIEN DETERMINAS TU FUTURO CON TU HACER, TUS PENSAMIENTOS, Y ACTITUDES Y EL ÚNICO RESPONSABLE DE TU VIDA... NO CULPES A NADIE Y SOLO TU ERES EL RESPONSABLE DE TI


Esto es un hecho: hoy es la fecha que sea. Y esto es otro hecho: el día de hoy nunca volverá; nunca jamás. No puede ser. ¿Qué significa eso para ti? Te despertaste; es un nuevo día. Miramos nuestros calendarios –los años, los meses, las semanas– como si eso no significara nada. Yo suelo hablar del “momento llamado ahora”. Pues bien, nada más decir “el momento llamado ahora”, ya no es “ahora”. Se fue.

El tiempo es una fuerza muy poderosa; simplemente se mueve y se mueve sin parar. Y te afecta a ti. Pero la cuestión es: ¿qué haces tú en ese tiempo? ¿Actúas como un ser humano? ¿O intentas ser otra persona? Como un robot. Actuando. Todos somos actores, fingiendo ser alguien que no somos. Quizá pienses: “Yo no soy un actor. Soy una persona responsable. Tengo mis obligaciones, mis horarios, mis planes”. Y aparentamos ser Fulano de Tal. A escala de este universo, no eres nada, absolutamente nada. Sin embargo, en tu universo, eres el líder supremo. Quieres modelar, comprender y controlar tu destino.

¿Cuál es tu destino? Si quieres conocerlo, es posible. Pero tu destino es el destino de un ser humano, y antes deberás volverte un ser humano, no un actor; no el rey imaginario de un reino imaginario en una época imaginaria, muy, muy lejos del reino de la realidad.

¿Qué hago yo? No estoy aquí para predicarte. Tengo algunas entradas para el mayor espectáculo de la Tierra. Busco personas que quieran esas entradas, y ellas me buscan a mí. Tú eres el escenario, pero necesitas una entrada. Yo tengo una. No las vendo, las regalo... es una cortesía de un ser humano hacia otro.

¿Y quién actúa? Lo más magnífico está actuando en este teatro durante un tiempo limitado. ¿Durante cuánto tiempo? Mientras estés vivo. ¿Cuándo puedes ver el espectáculo? Cuando quieras. ¿Te gustará? Es la función de las funciones; se representa una historia imposible: lo infinito, lo divino, ha decidido venir y unirse a ti en este viaje.
Hace poco, alguien me preguntó: “¿Por qué es difícil la vida?”. Yo le dije: “Vamos a suponer que tienes un flamante auto nuevo recién salido de la fábrica y que funciona perfectamente. Entonces le quitas las ruedas y las pones en el techo, sacas el motor y lo pones en el maletero, tomas el depósito de gasolina y lo colocas en el lugar del motor, y le preguntas al vendedor por qué no funciona el auto”.

¿Qué has hecho con tu vida? Por favor, baja a la Tierra. No es un mal lugar. Ser un ser humano no está tan mal. De hecho, está muy bien, es algo muy profundo. Puedes aceptar. No tienes por qué vivir en un mundo de fantasía.

A veces pongo este ejemplo. Imagínate que hay una vaca, negra con manchas blancas, muy bonita, pequeña. ¿Hay algún problema con esa vaca? Sí. Está ahí, pero sólo existe en una fantasía. ¿Puede dar leche? Sí, pero tienes que imaginártela; no la puedes beber. En tu fantasía, incluso muge, guiña los ojos y tiene unas grandes pestañas. En tu imaginación esa vaca es simplemente maravillosa, y da muchísima leche, pero no podrás ponérsela a tu té. Y de esa leche sale un montón de mantequilla para las tostadas, siempre y cuando tú creas que está ahí. Pero ni tú ni yo podemos utilizar una vaca imaginaria. No puede dar una leche que podamos beber.

Si éste es el único lugar en el que vas a vivir toda tu vida, ¿qué interés tienen todos lo demás? Eres muy afortunado por estar vivo. Ésa es la mayor de las bendiciones. Los fantasiosos no lo comprenden. Están buscando la tostada imaginaria para poder tener la mantequilla imaginaria de la vaca imaginaria que da leche imaginaria. Sueñan con el cielo cuando ya están en él: “Debo esforzarme mucho. Tengo que hacer esto y renunciar a aquello para ir al cielo cuando me muera”. ¿Sabes cuál es el gran problema de ese cielo? Que te tienes que morir.

La belleza de este cielo es que no tienes que morir. Lo único que tienes que hacer es abrir los ojos. Deja de soñar, empieza a mirar y verás qué cielo es éste. No necesitas imaginártelo. La verdad y la alegría están en tu interior, y hay una bondad inherente que está siempre ahí. Cada día. Explora el regalo que tienes. Se trata de descubrir, de sentir.

Realmente deberías tener en cuenta esa entrada. Te va a llevar a la función más increíble de todas. Dentro de ti.

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