SONETO ESCRITO POR UN DOCTOR
EN
MEDICINA
S O N E
T O
Voy peregrino a Pueblonuevo,
Para ver al Hermano Manuel,
Pues la salud que me queda,
Se la debo por entero a él.
En un acto de servicio,
Cumpliendo con mi deber,
Caí por un precipicio,
Y se rompió todo mi ser.
Visto por muchos galenos,
No encontré la curación,
¡ Y eso que eran los buenos!
Aquí en este hermoso lugar,
Descubrí a un gran sanador,
Que de verdad sabe sanar
Dedicado
al Hermano Manuel en prueba de mi agradecimiento por su buen hacer. Con Cariño. Luís García
Hernández Médico Colegiado accidentado en una urgencia.
(NOTA: Este Doctor en una urgencia domiciliaria estaban arreglando el ascensor y tenían puestas unas tablas en la puerta del 4º piso se apoyo se rompieron las tablas y cayo desde el cuarto piso por hueco del ascensor, su columna quedo destrozada, estuvo mucho tiempo en la unidad del dolor y no podía vivir de dolores le hablaron de mi y me visito y quedo en perfectas condiciones físicas y síquicas y en agradecimiento hay varios escritos suyos en este blog)
Alma
martes,
31 marzo, 2009 11:29 AM
De:
"Luis Garcia
Hernandez" luigardez@yahoo.es
Médico Colegiado
Para:
"Manuel Mimbrero" mmimbrero_mota@yahoo.es Naturópata y
Sanador
Querido amigo Manuel:
Cuando acudí a tí llevaba arrastrando años las consecuencias de un grave
accidente como bien sabes. Mi cuerpo quedó literalmente molido y año a año
han ido apareciendo las consecuencias de tan brutal impacto. A
raíz de los sufrimientos perdí el ánimo y las ganas de vivir, Mi persona psíquica y espiritual quedó
prácticamente abolida.
En mi camino visité muchos médicos, fisioterapeutas y profesionales de la
salud. Únicamente un muy reducido grupo de personas estuvo verdaderamente
junto a mí. Me realizaron mobbing en el trabajo, ostracismo en la familia y
me etiquetaron de lo que no era. Así llegué a tí carente de salud y lo
más importante, mendigo de amor y hasta de justicia.
Tu conseguiste aliviar mis dolencias físicas, pero hiciste algo mucho mejor
CURAR MI PSIQUE Y MI ESPIRITU. Tú me devolviste las ganas de vivir y la fe.
Has conseguido el renacer de mi fuerza vital y espiritual. Tú
me trataste como un ser humano cuando en mi etiqueta ponía "perro
rabioso". Recuerdo perfectamente la claridad y la paz de tu mirada
cuando vivía en la oscuridad.
¿Querido Manuel, aún te parece poco lo que me has dado?.
Te llevo presente cada día de mi vida y aunque tal vez nunca pueda pagarte
tanto bien, puedes estar seguro que a través de mi continua tu labor en otras
personas necesitadas.
Paz y
amor, amigo y hermano en nuestra misión ante el mundo.
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