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Yo quiero manejar mi bote, muchas veces,
A través del golfo después de la muerte,
Y volver a las orillas de la Tierra,
Desde mi casa en el Cielo.
Yo quiero cargar mi bote,
Con aquéllos esperando, los sedientos,
Quienes se quedaron atrás,
Y cargarlos a mi piscina de ópalo,
De gozo iridiscente,
Donde mi Padre distribuye,
Su paz líquida que calma todo deseo.
Oh, ¡Volveré una y otra vez!
Cruzando un millón de riscos de sufrimiento;
Con pies sangrantes vendré,
Si es necesario, un trillón de veces,
Mientras yo sepa,
Que un hermano descarriado haya quedado atrás,
Yo te quiero a Ti, Oh Señor,
Que pueda dar de Tí a todos.
Libérame, entonces, ¡Oh Dios!
De la esclavitud del cuerpo,
Que yo pueda enseñar a otros,
Como pueden liberarse a sí mismos.
Yo quiero tu beatitud eterna,
Sólo para compartirla con otros;
Que pueda enseñarle a todos mis hermanos,
El camino a la felicidad,
Por siempre y para siempre, dentro de Ti.
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