Creo en la existencia perpetua del
Alma y en la Vida de esta en los diferentes mundos según su grado evolutivo, y
con la envoltura y cuerpos apropiados al mundo en que cada vez se hallen.
Creo en la reencarnación en este y
otros planetas en gran número de veces para
que el Espíritu se vaya depurando hasta alcanzar la perfección.
Creo en el incesante trabajo y estudio
durante la Vida Espiritual, (o sea, el tiempo que media entre dos
reencarnaciones en la Tierra) y en las relaciones que entre sí tienen los seres
del mismo mundo o plano etéreo
espiritual.
Creo que la existencia con Vida
corporal en la Tierra, es como un campo de pruebas y experiencias en la que el
alma sale o no triunfante de ellas, y que para su bien y provecho le es
concedida.
Creo que la desencarnación no
significa muerte, sino el paso del mundo terrestre, físico o corpóreo, al mundo
invisible o de la Vida espiritual, de donde se había salido para venir a la Tierra.
Creo por tanto, en la existencia de
seres que se hallan en ese mundo invisible o espiritual (desencarnados) que son
los llamados muertos, y creo en las relaciones y comunicaciones entre uno y
otro mundo, bien de una manera ostensible o de un modo imperceptible para mí.
Creo en el constante progreso de las
almas encarnadas y desencarnadas, hasta un límite superior a lo que mi
inteligencia puede alcanzar.
Creo en la existencia de seres que han
llegado a grados muy elevados de perfección, que son ministros de Dios y
encargados de sus inmutables leyes.
Creo que ellos son la ayuda invisible
de la humanidad y los que marcan el sendero a seguir para la perfección humana.
Y creo que está en nosotros el ser
felices o desgraciados, y que vamos recogiendo aquello que anteriormente
habíamos sembrado, ligándonos por nuestra causa y sufriendo los efectos de
ellos en esta o sucesivas Vidas.
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