CENTRO DE TRABAJO

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jueves, 6 de febrero de 2014

EL ARTE DE MANTENERTE EN TU CUERPO INTERNO ESCRITO HACE UNOS 6 AÑOS H.MANUEL

                                                  

      El Arte de ser consciente del cuerpo interno se va a desarrollar hasta dar paso a una nueva forma de vivir, a un estado de conexión permanente con el Ser, y añadirá una profundidad a tu vida que no has conocido antes.

    Resulta fácil estar presente y ser el observador de la mente cuando se está profundamente arraigado en el cuerpo. Pase lo que pase fuera, ya nada puede hacerte temblar.

    A menos que estés presente, seguirás estando controlado por la mente. El guión mental que aprendiste hace mucho tiempo, tu condicionamiento mental, dictará tu pensamiento y tu conducta. Puede que te sientas libre de él durante breves intervalos, pero no serán muy prolongados. Esto es especialmente cierto cuando algo “va mal” cuando se produce una pérdida o un disgusto. Entonces tu reacción condicionada será involuntaria, automática y predecible, alimentada por el miedo, que es la emoción básica subyacente al estado de conciencia de identificación con la mente.

     Así cuando se presenten esos desafíos, y siempre acaban por presentarse  créate el hábito de entrar inmediatamente en tu interior y de centrarte en el campo energético de tu cuerpo. Esto no requiere mucho tiempo, apenas unos segundos. Pero tienes que hacerlo en cuanto se presenta el desafío.  Cualquier retraso permitirá que la reacción condicionada, emocional o mental, surja y se apodere de ti. Cuando te orientas hacia dentro y sientes el cuerpo interno, recobras inmediatamente la serenidad y la presencia, porque retiras atención a tu mente. Si esa situación requiere una repuesta, surgirá de un nivel más profundo. Así como el sol es infinitamente más brillante que la luz de una vela, hay infinitamente más inteligencia en el Ser que en tu mente.

     Mientras te mantienes en contacto consciente con tu cuerpo interno, eres como un árbol profundamente enraizado en la tierra, o un  edificio con unos sólidos y hondos cimientos. Esta última analogía fue empleado por Jesús de Nazaret en la parábola, generalmente mal interpretada, por los dos hombres que construían una casa. Uno de los hombres construye sobre la arena, sin cimientos, y cuando llegan la tormenta y la inundación su casa es barrida por las aguas. El otro hombre cava profundamente hasta llegar a la roca, y después construye su casa, que no es arrastrada por la inundación.

   En un organismo plenamente funcional, la emoción tiene una vida breve. Es como una onda u ola momentánea que se extiende por la superficie de tu Ser. Pero cuando no es así, la emoción puede sobrevivir dentro de ti durante días y semanas, o unirse a otras emociones de frecuencia similar y convertirse en el cuerpo-dolor, un parásito que puede vivir dentro de ti durante años, alimentándose de tu energía. Produciéndote enfermedades físicas y dándote una vida miserable.

    Por lo tanto, dedica tu atención a sentir la emoción y comprueba si tu mente se esta aferrando a algún patrón de dolor –culpabilidad, auto conmiseración o resentimiento- para alimentarla y cambia inmediatamente.

 

     Practícalo y tu mismo te darás cuenta  de esta realidad.

 

                         P a z   y   a m o r 

                                                            hermano Manuel.

4/12/2007  

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